Viaje fotográfico a Namibia

Recorrido fotográfico de aventura por Namibia en Julio de 2017

Viaje fotográfico de aventura recorriendo casi toda Namibia en vehículos todoterreno y durmiendo en tiendas de campaña.

Un interesantísimo viaje fotográfico por Namibia en el que pudimos ver muchísimos animales salvajes (incluídos leones, aunque no hay ninguna fotografía, porque apenas había luz) pero también pudimos visitar algunas tribus que aún habitan el país viviendo de la misma forma que hace miles de años, como son los Himbas, conocidos por como adornan su pelo con barro las mujeres.

Empezamos el viaje en Windohek, la capital, donde recogimos los coches que nos iban a llevar a recorrer el país. De ahí fuimos a Naukluft Mountain Zebra Park. Esta reserva fue creada para servir de refugio a la cebra de montaña Hartmann, endémica de Namibia. Cohabitan con Kudus y todo tipo de gacelas. Los acantilados escarpados de Naukluft son puntos de anidación para varias especies de aves.

De ahí pasamos al desierto del Namib, donde pudimos escalar la famosa Duna 45 y luego ver el no menos famosa paraje de Deadvlei. Que
significa “pantano muerto” y evoca perfectamente este sitio misterioso y desgarrador, un cementerio de acacias centenarias, imagen fotográfica única gracias al contraste entre la negrura de los arboles, la llanura de arcilla blanca y las dunas rojas que lo rodean.

Atravesamos el el Trópico de Capricornio para llegar a Walbis Bay, desde donde realizamos una increíble excursión para avistar flamencos, leones marinos, delfines y un sinfín de aves, entre las que destacan los pelícanos, que sobrevuelan o se posan en el barco con total naturalidad. Fue increíble cuando en medio de una niebla espesísima nos empezó a rodear una nube enorme de cormoranes, os aseguro que parecía una película de miedo. En cuanto despejó la niebla la excursión se convirtió en una sucesión de avistamiento de animales que estuvo genial.

Pasamos por Swakopmund, una ciudad alemana en medio de Africa para continuar por la costa de los esqueletos y avistar una de las mayores colonias de leones marinos.

De ahí fuimos a las cataratas Epupa pasando por Brandberg, donde se encuentra la famosa cueva de las manos, con pinturas rupestres.

Y al final del viaje la guinda, el parque de Etosha, donde pudimos observar todo tipo de gacelas, montones de elefantes, rinocerontes, jirafas y un largo etcétera. Lástima que el grupo de leones (leonas en este caso) lo vimos a la entrada del parque siendo aún casi de noche y sin luz para poder hacer fotos.

Si deseas más información sobre la isla o como viajar a ella puedes acceder a la web de la agencia de viajes.